El 12 de Octubre de 1924, en la Plaza Mayor de nuestra ciudad y ante miles de cacereños, se celebró la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, privilegio que fue concedido por su antigüedad, milagros y devoción popular. Fue el Cardenal Primado, Monseñor Reig, quien bendijo e impuso la corona, obra de Don Félix Granda y fruto de las donaciones de los devotos anónimos.
La Virgen lució el manto de raso blanco, recubierto totalmente de encajes e hilos de oro y plata, donado por S.M. la Reina de España Isabel II.
Unas palabras del Cardenal Primado y el desfile de las fuerzas que rendían honores, pusieron fin al acto.
Para tal ocasión, se confeccionó un extenso programa de actos religiosos, literarios y musicales destacando, entre otros, los Juegos Florales de la Coronación. Actuó como mantenedor, Don Diego María Crehuet, adjudicándose el primer premio, Flor Natural, a Don Francisco Romero, Magistral de Zamora. En el apartado de poesías a la ciudad, fueron galardonados con medalla de oro: Don Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros; Don Miguel Jiménez Aguilar y Don Roberto Alcober.
Según las crónicas de la época, la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, fue el acontecimiento que más conmovió a la vida cacereña en los últimos setenta años.