La Imagen de Santa Ana es de la misma época y autor que la del Cristo de la Salud. Se trata también de una talla de madera, aunque presenta la musculatura en tensión, lo que transmite sensación de angustia.
En el retablo central, a ambos lados de la Santísima Virgen, encontramos la Imagen de San José, al lado del Evangelio, y la de San Joaquín, padre de la Virgen, al lado de la Epístola. Se desconoce tanto su procedencia como el año en que fueron talladas, aunque se sospecha que procedan de una donación de alguna parroquia de la ciudad. Como se puede observar, toda la imaginería del Santuario se encuentra globalizada en torno a la vida de la Virgen María.